Así se recoge en el ‘Libro Blanco de la Sanidad’ presentado por la confederación empresarial.

Madrid, 26 de mayo 2016. “La función sanitaria de la distribución farmacéutica de gama completa es esencial para la salud pública, al garantizar que todas y cada una de las farmacias accedan, en igualdad de condiciones, a todos y cada uno de los medicamentos comercializados, con independencia de la ubicación y capacidad de compra de las farmacias y del precio y rotación de los medicamentos”. Así califica la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE) el papel que desarrollan dentro del Sistema Nacional de Salud las empresas distribuidoras asociadas a FEDIFAR, tal y como se recoge en El libro blanco de la Sanidad que fue presentado el pasado martes por los presidentes de la confederación y de su Comisión de Sanidad, Juan Rosell y Carlos González Bosch, respectivamente.

En este sentido, desde la CEOE se incide en que “la mayoría de los medicamentos cuya distribución no es rentable sólo está disponibles en estas entidades de distribución”, al tiempo que se destaca el ‘modelo solidario de distribución’ que desarrollan estas empresas, “detrayendo recursos de las operaciones más rentables, para emplearlos en aquellas que son deficitarias”. De igual modo, El libro blanco de la Sanidad resalta aspectos fundamentales que ofrece este modelo eficiente de distribución, “orientado al beneficio del paciente”, como son el garantizar el acceso a la población de todos los medicamentos y productos sanitarios; proteger la salud pública; colaborar con las administraciones públicas; así como prestar servicios de valor añadido a laboratorios y oficinas de farmacia. “Un servicio de calidad a precio competitivo”, recoge la publicación.

 Propuesta sectorial

Por otro lado, la CEOE hace una serie de propuestas de cara a cada uno de los agentes que operan en el sector. En el caso de la distribución farmacéutica, el El libro blanco de la Sanidad considera que “debe imponerse un mayor control a la efectiva comercialización y abastecimiento a las farmacias y distribuidores por parte de los laboratorios cuyas especialidades tengan el precio más bajo, para que puedan ser efectivamente dispensadas”.

Igualmente, consideran necesarios “establecer un precio mínimo o margen mínimo para la dispensación”, que eviten que los costes anulen el margen establecido; “articular alguna forma de compensación a distribuidores o la posible devolución de aquellos medicamentos que dejan de ser dispensados por aplicación del sistema de precios menores”; reducir para este sector los impuestos sobre hidrocarburos; “incentivar la innovación y el acceso a la implantación de tecnologías”; o “valorar la demostrada eficiencia del sector de la distribución farmacéutica”.